TUMORES SUPERFICIALES DEL
EPITELIO-ESTROMA
Representan
el tipo de tumor de ovario más frecuente: alrededor del 90% de los carcinomas
primarios pertenecen a esta categoría.
Además
de los tipos serosos, mucinosos y endometrioides, que forman el grueso de las
neoplasias epiteliales ováricas de origen cerámico, se incluyen también en este
grupo los tumores de células claras, el tumor de Brenner y los carcinomas
transicionales.
Los
tumores epiteliales pueden presentarse bajo tres formas histológicas distintas:
benigna, maligna y una variedad particular, los llamados tumores borderline,
proliferantes o de bajo potencial maligno, que se diferencian de las formas
benignas por la presencia de proliferación y atipia celular y de los carcinomas
por la ausencia de invasión destructiva del estroma.
El
diagnóstico se formula de acuerdo con el examen histológico del tumor primario,
independientemente del grado de difusión extraovárica.
Aunque
la mayoría pertenecen a la variedad serosa o mucinosa, el concepto de tumor borderline
puede ser aplicado también a los tumores endometrioides, así como a las formas
proliferantes de los tumores de Brenner y de los tumores de células claras.
Uno
de los aspectos más llamativos de los tumores epiteliales malignos del ovario
es la ausencia de lesiones precursoras conocidas.
Tumores serosos
Cistoadenoma seroso y cistoadenoma
seroso papilar
La
vasta mayoría de tumores epiteliales son benignos y se hallan representados por
los cistoadenomas serosos y mucinosos.
Suelen
presentarse durante el período de actividad genital, con un pico de máxima
incidencia entre los 40 y 50 años. La bilateralidad (alrededor de un 15% de los
casos) suele incidir básicamente en mujeres de edad avanzada.
El
aspecto macroscópico varía según la talla del tumor.
Los
quistes serosos uniloculares, en general de moderado tamaño, muestran una
superficie externa regular y lisa brillante. La cavidad quística se halla
ocasionalmente ocupada por vegetaciones papilares, que en su crecimiento pueden
atravesar la pared y proliferar hacia la superficie externa. La forma
multilocular, generalmente propia de los quistes de gran tamaño, se halla
constituida por múltiples cavidades, de desigual forma y amplitud, separadas
entre sí por finos tabiques.
La
cara interna de las cavidades se halla ocasionalmente recubierta por
vegetaciones papilares, más o menos carnosas, que cuando son predominantes
confieren al tumor identidad propia (quiste papilar).
La
forma sólida o cistoadenofibroma se caracteriza por la presencia de una masa
compacta, de naturaleza fibrosa, recubierta superficialmente por pequeñas
papilas exofíticas.
Tumores serosos borderline
Representan
aproximadamente el 10-15% de las neoplasias serosas de ovario y aparecen con
más frecuencia entre los 45 y 50 años.
Alrededor
de un tercio de los casos son bilaterales.
Macroscópicamente
se presentan como tumoraciones quísticas con proliferaciones papilares, que
desde la superficie interna se proyectan hacia la luz de la cavidad.
Desde
el punto de vista histológico, el tumor muestra un crecimiento papilar, con
grados de proliferación, atipia y actividad mitóticas variables. Es
característica la presencia de cuerpos de psamoma, que puede observarse hasta
en un 50% de los casos.
Los
tumores serosos borderline pueden ser focalmente microinvasivos.
Uno
de los aspectos más controvertidos de los tumores serosos borderline es su
asociación con implantes peritoneales, en una proporción variable estimada en
un 15 y un 40% de los casos.
Carcinoma seroso
Los
tumores serosos constituyen el grupo clínico y numéricamente más importante de
las neoplasias malignas del ovario, representando entre el 40 y el 50% del
total de las mismas.
Con
frecuencia bilaterales (en un 60% de los casos), suelen presentarse en el tramo
de edad comprendido entre los 40 y los 60 años.
El
aspecto macroscópico de los carcinomas serosos varía dentro de muy amplios
límites según su grado de diferenciación histológica. Los tumores bien
diferenciados muestran una apariencia básicamente quística, uni o multilocular.
Las áreas sólidas, aunque de observación muy común, suelen aumentar en
proporción inversa a la diferenciación del tumor.
Desde
el punto de vista biológico, el seroso es el más agresivo de los tumores
epiteliales, caracterizándose por su rápido crecimiento y difusión peritoneal.
Esto hace que la mayoría de los casos se hallen ampliamente extendidos por la
cavidad abdominal en el momento de efectuar la laparotomía.
Los
cuerpos de psamoma son de observación relativamente común, pudiendo estar
presentes hasta en un 50% de los casos, especialmente en las formas bien
diferenciadas.
Tumores mucinosos
Tumores mucinosos benignos
Neoplasia
formada por cavidades quísticas, pueden alcanzar tamaños muy considerables. De
hecho se halla entre los tumores humanos más voluminosos. Generalmente
unilaterales, alrededor de un 5-10% se presentan con carácter bilateral.
El
tumor mucinoso adopta el aspecto de una masa poliquística, de superficie
multinodular, de color azulado o grisáceo, surcada por numerosos vasos y a
veces mostrando vegetaciones exofíticas. Al corte se evidencia la presencia de
numerosas cavidades quísticas, separas entre sí por un entramado de paredes
delgadas y lisas, conteniendo una sustancia mucoide, fluida o gelatinosa, de
naturaleza glicoproteica.
Tumores mucinosos borderline
Las
formas borderline representan alrededor del 10% de los tumores mucinosos
ováricos.
Desde
el punto de vista histológico se distinguen dos tipos: los müllerianos o
endocervicales y los intestinales.
Carcinoma mucinoso
El
cistoadenocarcinoma mucinoso comprende entre el 5 y el 10% de los tumores
ováricos malignos.
La
edad de presentación es de los 40-60 años. Se caracterizan por su tendencia a
la unilateralidad, de manera que sólo del 10 al 15% de los tumores mucinosos
malignos afectan a ambos ovarios en el momento del diagnóstico.
Macroscópicamente
suelen presentarse como neoplasias multiloculares, normalmente de gran tamaño.
La superficie es por lo general lisa, blanconacarada o grisácea, aunque cuando
existe invasión capsular suelen contraer adherencias.
El
contenido de las cavidades quísticas es de naturaleza mucoide, en ocasiones
espeso, viscoso e incluso gelatinoide.
Tumores endometrioides
Formas benignas
De
acuerdo con la clasificación de la OMS, los tumores endometrioides benignos no
incluyen la endometrioisis.
La
verdadera neoplasia endometrial, de observación poco común, reviste el aspecto
de formaciones endometriales hiperplásicas, con fenómenos de metaplasia
escamosa, generalmente asociados a cistoadenofibromas ováricos. Es característica
de estos tumores la falta de estroma endometrial, así como de fenómenos
hemorrágicos o cambios cíclicos.
Tumor endometrioide borderline
A
diferencia de las dos variedades anteriores, los tumores endometrioides de tipo
borderline son poco frecuentes. Suelen presentarse como masas tumorales
sólidas, con un patrón de crecimiento adenofibromatoso.
Grado
variable de proliferación y atipia celular sin evidencia concluyente de
invasión del estroma.
Carcinoma endometrioide
Es
el segundo tumor epitelial maligno en orden de frecuencia y representa
aproximadamente entre la cuarta y la quinta parte de los carcinomas de ovario.
La edad de máxima incidencia para este tipo de tumor se halla comprendida entre
los 50 y los 60 años.
El
aspecto macroscópico suele ser muy parecido al de los tumores mucinosos,
diferenciándose, sin embargo, de éstos por su moderado tamaño, que raramente
sobrepasa los 20 cm de diámetro. Suelen ser bilaterales en el 30-50% de los
casos.
El
carcinoma endometrioide muestra una superficie externa lisa, que adquiere un
aspecto irregular y adherente en caso de rotura.
Sus
rasgos morfológicos recuerdan la estructura propia del adenocarcinoma de
endometrio.
En
aproximadamente un tercio de los casos, el tumor se asocia a un adenocarcinoma
de endometrio.
Tumores de células claras
Tumor de células claras de tipo
borderline
Constituye
una variedad histológica de presentación excepcional. El patrón de crecimiento
habitual en los pocos casos publicados es de tipo adenofibroma.
Carcinoma de células claras
Tumor
de origen mülleriano que también suele denominarse mesonefroide.
Los
tumores de células claras pertenecen, por definición, a la variedad maligna,
siendo excepcional la observación de formas borderline. Representan
aproximadamente el 10% de los cánceres de ovario.
Generalmente
unilaterales, sus dimensiones medias suelen oscilar entre los 10 y 15 cm. La
edad de máxima presentación es de los 50 a los 75 años, con una media de 54.
Desde
el punto de vista macroscópico, los tumores de células claras aparecen formados
por una sola cavidad quística, siendo con mucha menor frecuencia
multiloculares, alternando con áreas sólidas de consistencia blanda y
esponjosa.
En
un porcentaje variable de casos, estimado entre el 30% y el 70%, el carcinoma
de células claras se halla asociado a focos de endometriosis pélvica, y hasta
en un 25% de los casos se origina directamente sobre un quiste endometriósico
preexistente.
Tumores de células transicionales
Tumor de Brenner
En
general, suele ser un hallazgo fortuito en ovarios extirpados por otros
motivos, de preferencia en la edad adulta. Su asociación a tumores mucinosos es
relativamente frecuente.
Formas malignas
La
actual clasificación de la OMS/SIPG contempla la división de los tumores
malignos transicionales en dos subtipos:
1.
Los originados a partir de un tumor de Brenner
benigno (tumor de Brenner maligno).
2.
Los desarrollados directamente en el epitelio
ovárico de superficie (carcinoma de células transicionales tipo Brenner).
TUMOR
DE BRENNER MALIGNO
Son
tumores de presentación muy poco frecuente (menos del 1% de los carcinomas de
ovario). Generalmente sólidos, unilaterales (en el 90% de los casos).
A
menudo aparecen asociados a otros tipos de tumores epiteliales. Su tamaño es
muy variable, pudiendo ir desde una formación microscópica a nódulos de 8 cm de
diámetro.
La
condición exigible para calificar a un tumor como de Brenner maligno es que
pueda identificarse en zonas adyacentes el patrón fibroepitelial característico
de los tumores de Brenner.
CARCINOMA
DE CÉLULAS TRANSICIONALES
Representa
menos del 1% de los carcinomas de ovario en su genuina forma de presentación.
Las
formas indiferenciadas deben presentarse exclusivamente como tales para poder
clasificarse como transicionales puras.
Carcinoma mixto
Cuando
existe más de un componente epitelial, el tumor se clasifica como mixto, pero
sólo cuando el segundo o tercer tipo celular suponen al menos el 10% de la
población neoplásica total.
El
tumor de Brenner maligno mantiene siempre su filiación, por más que con frecuencia
se hallen presentes componentes epiteliales mucinosos.
Carcinomas indiferenciados
Se
definen como tales los carcinomas primarios de ovario, cuyo patrón histológico
no permite clasificarlos con arreglo a ninguna de las variedades anteriores.
Aproximadamente
la mitad de los tumores pertenecientes a esta categoría son bilaterales en el
momento del diagnóstico. Son masas de apariencia sólida.
Antes
de formular un diagnóstico de carcinoma indiferenciado debe descartarse la
presencia de un tipo histológico específico, mediante la realización de
numerosas secciones que permitan un estudio completo del tumor.
Tumores de las células de los cordones
sexuales-estroma
Constituyen
aproximadamente el 6% de los tumores de ovario y corresponden a la mayoría de
formas neoplásicas que se acompañan de manifestaciones clínicas de carácter
endocrino.
De
naturaleza casi siempre benigna, suelen ser por lo general sólidos y de
localización unilateral. Su clasificación, mucho más morfológica que
histogenética, se basa en la distinción de cuatro grandes grupos: tumores de la
granulosa-estroma, tumores de Sértoli-estroma (androblastomas), tumores de los
cordones sexuales con túbulos anulares y ginandroblastoma.
Tumores de células de la granulosa
(TCG)
Los
TCG representan aproximadamente el 1.5% de todas las neoplasias ováricas y
alrededor del 6% de los tumores ováricos malignos. De los hormonalmente
activos, tres cuartas partes son secretores de estrógenos y el resto de
andrógenos.
Muy
raros antes de la pubertad (menos del 5%), estos tumores se observan sobre todo
en mujeres adultas, siendo la media de edad de alrededor de 50 años.
Debido
a su potencial capacidad secretora de estrógenos, cursan generalmente con
manifestaciones de seudopubertad precoz isosexual (cuando se desarrollan en
niñas) y pueden ir asociados a una hiperplasia o a un carcinoma de endometrio
tipo I (entre un 5 y un 25% de los casos) cuando se presentan en la edad
adulta.
TUMOR
DE CÉLULAS DE LA GRANULOSA TIPO ADULTO
En
general unilaterales, se presentan como una formación ovoidea o esférica, con
un tamaño que oscila entre 1 y 30 cm (media, 12,5 cm), de superficie lisa o
abollonada. El contenido del tumor, rodeado por una gruesa cápsula continua de
tipo fibroso, está constituido por masas sólidas, compactas o formaciones
predominantemente quísticas.
Los
TCG recidivan con frecuencia, principalmente en la pelvis. La mayoría de
autores sustentan que los tumores de este grupo deben considerarse
potencialmente malignos.
TUMOR
DE CÉLULAS DE LA GRANULOSA DE TIPO JUVENIL
Cuando
el tumor se desarrolla en la infancia y más concretamente antes de la
menarquia, la actividad hormonal del tumor incide fundamentalmente sobre los
genitales, produciendo un cuadro de pubertad precoz, con desarrollo prematuro
de los caracteres sexuales secundarios y frecuentes episodios de metrorragia.
Los
TCG juveniles son generalmente unilaterales (98% de los casos) y la mayoría de
ellos se diagnostican en el estadio I.
Tumor de células tecales (tecoma)
Los
tecomas, pueden observarse como tumoraciones puras, sin necesidad de ir
acompañadas de un crecimiento paralelo de la granulosa. Este hecho, junto con
el de revestir un curso clínico esencialmente benigno, justifica que sea
considerado como una entidad distinta. La mayoría de casos se presenta en
mujeres postmenopáusicas, con una media de edad de 60 años.
Macroscópicamente,
el tumor muestra una típica configuración nodular, sólida, de tamaño variable y
coloración blanco amarillenta.
La
evolución de estos tumores es prácticamente siempre benigna.
Característica
de este tipo de tumores, que comparten igualmente los TCG, es su capacidad de
segregar hormonas esteroideas de acción feminizante, lo que se traduce
clínicamente por un síndrome de hiperestrogenismo.
Tumor de las células de
Sértoli-estroma
TUMOR
DE LAS CÉLULAS DE SÉRTOLI (ANDROBLASTOMA TUBULAR)
Son
neoplasias muy poco frecuentes, suponen el 4% de los tumores de este tipo.
Aparecen generalmente por debajo de los 30 años, con una edad media de 27 años.
Más
del 60% de los casos cursan con clínica de hiperestrogenismo, manifestada en
ocasiones en forma de seudopubertad precoz. Los tumores son casi sin excepción
unilaterales y sólo muy raramente malignos.
Macroscópicamente,
el tumor aparece como una masa sólida, bien encapsulada, de consistencia
elástica, color amarillento al corte y con un diámetro medio de 9 cm.
TUMORES
DE SÉRTOLI-LEYDIG
Con
este nombre se designa un grupo de neoformaciones caracterizadas por presentar
una organización morfológica, en ocasiones (alrededor del 50% de los casos)
también funcional, de tipo masculino, pudiendo ir acompañadas en estos casos de
signos clínicos de hirsutismo o incluso fenómenos de franca virilización.
Se
trata de una variedad de tumor muy poco frecuente (menos del 1% de las
neoplasias ováricas), casi siempre unilateral, que aparece generalmente en
mujeres jóvenes, con una edad media de 25 años, siendo rara su observación
antes de la pubertad o después de la menopausia.
Aunque
su comportamiento habitual es de producir andrógenos, se han descrito
ocasionalmente casos con manifestaciones clínicas estrógenicas.
El
tamaño que puede variar dentro de muy amplios límites (con una media de 10 cm),
no posee ningún tipo de significación pronóstica.
En
general se hallan provistos de una cápsula lisa, brillante y su configuración
externa puede ser regular o aparecer discretamente lobulada. Sólo el 2% de
estas neoplasias son bilaterales.
Tumores de los cordones sexuales con
túbulos anulares
Existen
dos formas de presentación: la asociada al síndrome de Peutz-Jeghers (un tercio
de los casos) y la que cursa de forma independiente. Alrededor de un 40% de
pacientes portadoras de este tipo de tumor muestra signos de producción
estrogénica.
La
edad media de presentación es de 27 años para el primero y de 35 para el otro.
En
la mayoría de los casos el tumor suele ser unilateral, con una apariencia de
masa sólida.
Aproximadamente
una cuarta parte de los casos, poseen un curso clínico desfavorable, con una
típica propensión a desarrollar metástasis linfáticas.
Ginandroblastoma
El
llamado ginandroblastoma constituye un interesante y raro tumor, formado
simultáneamente por elementos de naturaleza tecagranulomatosa y estructuras
típicas del tumor de células de Sértoli-Leydig. Para poder ser clasificado como
ginandroblastoma, el componente minoritario del tumor (en este caso las células
de la granulosa) debe suponer al menos un 10% de la población neoplásica
global.
En
un plano biológico, el ginandroblastoma se caracteriza por producir estrógenos
y andrógenos al mismo tiempo, lo que clínicamente puede determinar la aparición
de un curioso cuadro en que se entremezclan, en grado variable y no siempre
constante, signos de virilización y feminización.
TUMORES DE CELULAS GERMINALES
Representan aproximadamente
el 30% de la totalidad de neoplasias ováricas. Más del 90% son de naturaleza
benigna. La mayoría presenta un patrón histológico bien definido, y un 10% se
hallan formados por una combinación de dos o más tipos.
La clasificación
de la OMS/SIGP incluye los siguientes tipos histológicos:
DISGERMINOMA: Alrededor del
80% se diagnostican en mujeres menores de 30 años. Es más frecuente en niñas o
mujeres jóvenes, es raro observarlo antes de los 5 años de edad. Es unilateral
en un 85-90% de los casos, con predominio de localización derecha.
Macroscópicamente
adopta el aspecto de una tumoración
sólida, de superficie lisa o abollonada. Su tamaño es variable, oscila entre
los 7 y 25 cm. Al corte es homogénea, a veces lobulada, color blanco grisáceo y
de consistencia gomosa.
TUMOR DEL SACO VITELINO
(O DEL SENO ENDODÉRMICO):
Representa 20% de los tumores malignos de células germinales del ovario. Afecta
principalmente a niñas y mujeres jóvenes, siendo los 19 años la edad promedio.
El tumor se asocia con niveles elevados de AFP. Desde el punto de vista
macroscópico se muestras como una
formación voluminosa, casi siempre es unilateral, de apariencia
sólido-quística, bien encapsulada, de superficie lisa o toscamente nodular.
El tumor de saco
vitelino es una neoplasia de elevado grado de malignidad cuyo pronóstico ha
mejorado desde la introducción de los modernos agentes quimioterápicos.
CARCINOMA EMBRIONARIO: Es poco
frecuente. Afecta a niñas o mujeres jóvenes y en casi la mitad de los casos se
encuentra diseminación extraovárica al momento del diagnóstico. Son de gran
tamaño, con frecuentes focos de hemorragia y necrosis.
CORIOCARCINOMA: Es un tumor muy raro. Cursa con valores elevados de beta hCG,
valorables por radioinmunoanálisis. Las
pacientes con Coriocarcinoma son generalmente jóvenes. Estos tumores,
generalmente son unilaterales, de gran tamaño, sólidos, extensamente
hemorrágicos y con focos de necrosis.
TERATOMA: Son los tumores
de células germinales más frecuentes en el ovario.
TERATOMA MADURO: Son
conocidos como quistes dermoides, representa
30% de todas las neoplasias ováricas benignas y más del 70% de las
diagnosticadas en pacientes por debajo de los 20 años. Los teratomas quísticos
maduros, de tamaño variable, muestran una superficie externa lisa, color blanco
nacarado o grisáceo. El contenido de los quistes está constituido por material
sebáceo, mamelones de tipo adiposo, epidermis y pelos.
TERATOMA INMADURO:
Clínicamente se caracteriza por su frecuente presentación en niñas o jóvenes,
es de rápido crecimiento y tiene tendencia a metastatización precoz. En general
son de gran tamaño, entre 12 y 25 cm de diámetro, encapsulados de superficie
lisa, nodular o lobulada.
TUMORES MONODÉRMICOS: Incluye
el estruma ovárico y el tumor carcinoide. El estruma ovárico es el más frecuente de los monodérmicos. Está constituido por tejido
tiroideo. Macroscópicamente el tejido tiroideo muestra un aspecto sólido
quístico o gelatinoso, de color marrón o verdoso. 5-10% muestran patrón de
malignidad y solo el 40% tiene diseminación extraovárica.
El tumor carcinoide es unilateral,
constituido por tejido sólido, compacto, color amarillento oscuro.
Microscópicamente se puede presentar de diversas formas, insular, trabecular,
estruma carcinoide y carcinoide mucoso.
GONADOBLASTOMA: Macroscópicamente su tamaño no sobrepasa los 8 cm de diámentro,
es muy parecido al disgerminona.
TUMORES
METASTÁSICOS. Se estima que
entre un 15 y un 20% de los tumores ováricos bilaterales son metastásicos. El
tumor de Krukenberg es una variedad especial de carcinoma metastásico, de tipo
mucógeno, casi siempre digestivo, particularmente gástrico, aunque en algunas
ocasiones se le puede encontrar también asociado a formas tumorales de otra
localización, por ejemplo, el cáncer de mama. La tumoración es bilateral, de
tamaño moderado, irregularmente esférica o arriñanada y de consistencia dura y
el aspecto de su superficie externa es brillante, gris o blanco macarado.
Carcinoma
colorrectal. Las metástasis ováricas de un
carcinoma intestinal son relativamente frecuentes. Entre un 10 y 30% de las
mujeres con carcionoma de colon presentan focos tumorales secundarios en el
ovario. En más del 60% de los casos el tumor metastásico es bilateral.
Macroscópicamente se presentan en forma de masas sólidoquísticas, de tamaño
variable, con frecuentes áreas de necrosis en su interior.
Carcinoma de
mama. 1/3 de las pacientes con carcinoma de
mama desarrollan metástasis ováricas en el curso evolutivo de la enfermedad. En
la mayoría de los casos son bilaterales y a menudo subclínicos.
Carcinoma de
endometrio. Las metástasis ováricas son posibles
cuando ocurren las siguientes circunstancias: 1-extensión ovárica directa a
partir de un gran tumor uterino. 2- Infiltración miometrial profunda e invasión
vascular. 3-Extensión a trompa. 4- Tumor predominantemente en la superficie
ovárica. 5- Ausencia de focos de endometriosis ovárica. 6- Patrón histológico
sugestivo de origen endometrial.
FORMACIONES
TUMORALES NO NEOPLÁSICAS
Están representadas por los quistes foliculares, los quistes
luteínicos y el luteoma gravídico, de naturaleza funcional.
El tamaño de los quistes foliculares es muy variable, no suelen
sobrepasar los 5 cm de diámetro, en ocasiones exceden a 8 cm lo que causa
problemas para el diagnóstico diferencial, poseen capacidad secretora de
estrógenos, suelen ir acompañados de irregularidades menstruales y pueden ser
objeto de torsión y rotura.
TUMORES BENIGNOS
DE OVARIO
Representan
el 75-85% de las tumoraciones ováricas, son la cuarta causa de ingreso
hospitalario ginecológico, apareciendo 1 de cada 200 mujeres en edad fértil, y
la proporción es de 50 tumoraciones benignas por cada caso de cáncer de ovario.
El intervalo de edad con mayor incidencia es entre 20-45 años y en mayores de
45 años la incidencia disminuye en 7% en mujeres asintomáticas. Durante la edad
fértil de la mujer son frecuentes los tumores ováricos de caracteres
funcionales, apareciendo en la postmenopausia la mayoría de la patología
tumoral maligna. Son más frecuentes en nulíparas excepto los quistes funcionales
cuya incidencia aumenta con el número de hijos y la edad.
Clínica.
La
característica clínica predominante de esta patología es la ausencia de
sintomas y su crecimiento lento, por lo que su diagnóstico suele ser en etapas
avanzadas o por exploraciones derivadas de otro cuadro clínico. La clínica no
suele aparecer hasta que no se alcanza un tamaño considerable o se comprometen
estructuras y órganos vecinos.
Los
síntomas son imprecisos, generalmente molestias pélvicas consecuencia de la
compresión tumoral. Podemos encontrar dolor abdominal de intensidad variable,
en casos de tumores de crecimiento lento
suelen cursar con sensación de pesadez en abdomen inferior.
- Aumento
del perímetro abdominal. Se produce por el propio crecimiento de la masa o bien
por ascitis, que aunque es más frecuente de procesos malignos, puede darse en
los benignos.
Los
síntomas compresivos afectan a estructuras vecinas, apareciendo desde cuadros
obstructivos renales y/o intestinales hasta complicaciones vasculares como
varices, hemorroides o incluso disnea en caso de tumores voluminosos.
Si el
tumor es funcionante, aparecen alteraciones hormonales que pueden ser pubertad
precoz, amenorrea, masculinización, hirsutismo, galactorrea, hipoglucemia,
tirotoxicosis y hemorragia uterina anómala.
Además en la tumoración ovárica también se presentan síntomas
inespecíficos como náuseas, vómitos, fiebre, reacción vaso-vagal, etc.
La
sintomatología en casos de complicaciones es más alarmante, siendo las más
frecuentes:
Complicaciones
|
Características
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Clínica
|
Torsión
|
Es la más habitual en las primeras semanas
de la gestación, en el puerperio y en las niñas.
|
El síntoma principal es el dolor, de
carácter agudo o subagudo según la intensidad de la torsión y puede ceder
espontáneamente cuando se corrige por sí misma la torsión.
|
Rotura
|
Secundaria generalmente a traumatismo,
torsión o exploración previa. Es poco frecuente.
|
Depende del tipo de tumor y su contenido. Se
caracteriza por dolor más o menos agudo, náuseas y vómitos, en ocasiones el cuadro
es completamente asintomático.
|
Hemorragia
|
Puede ser intraquística, por rotura de algún
vaso de la pared, sin llegar a alterarla, o intraperitoneal, más o menos
intensa según el calibre del vaso afectado.
|
Dolor abdominal y signos de shock más o menos
intenso. El cuadro cede espontáneamente en la mayoría de las ocasiones y
persiste sólo una fiebre moderada durante un tiempo.
|
Infección
|
Es poco frecuente y puede asociarse a la
torsión. Se produce con mayor frecuencia en endometriomas y quistes dermoides.
|
Parecida a la enfermedad pélvica
inflamatoria pélvica.
|
Diagnóstico
El
diagnóstico inicial debe basarse en una correcta historia clínica primer factor
a tener en cuenta es la edad y el estado menopáusico o no de la paciente.
Indagar sobre los antecedentes familiares de cáncer de ovario, así como otros
cánceres relacionados, como mama o colon, una exploración general y
ginecológica adecuada, se aceptan como signos de benignidad: móvil desplazable,
regular, o uniforme; unilateral, fondo de saco de Douglas libre sin
irregularidades; no hay fijación a estructuras vecinas, no hay hepatomegalia
nodular, ni ascitis, ni masa epiploica indurada y un detallado estudio
ecográfico, abdominal y/o vaginal, como prueba complementaria principal.
Características ecográficas de probable benignidad:
-
Tamaño menor de 5 cm. (figuras 1 y 2).
-
Unilateralidad.
-
Pared tumoral lisa, delgada y regular (figura
3).
-
Ausencia de tabiques o menores de 3 mm de
grosor (figura 4 y 5).
-
Buena delimitación de la masa (figura 5).
-
Homogeneidad de la lesión sin presencia de
áreas sólidas.
-
Contenido anecoico de la tumoración.
-
Ausencia de ascitis.
Dado que
el 90% de las tumoraciones ováricas son benignas y aproximadamente el 80% son
quísticas, el ovario se convierte en un órgano ideal para su valoración
ecográfica. El diagnóstico radiológico mediante TAC y RMN.
Otros estudios
complementarios son los marcadores séricos tumorales, que permiten valorar la
posibilidad de punción, seguimiento posterior, valoración de respuesta
terapéutica y monitorización de la enfermedad durante el tratamiento,
constituyendo un indicador válido, fundamentalmente en las neoplasias malignas.
·
El Ca 125 aparece aumentado en casos de cáncer
endometrial, gastrointestinal y de mama. En procesos benignos como
endometriosis, miomas, enfermedad pélvica inflamatoria pélvica, cirrosis,
gestación, embarazo ectópico, fase lútea e incluso en personas sanas.
·
CEA (ag carcinoembrionario) Se asocia con
cánceres de colon, mama, páncreas, vejiga, ovario y cuello de útero. Dentro del
cáncer de ovario aparece ligado a la estirpe mucinosa, pero no es específico
porque puede elevarse en procesos como la enfermedad inflamatoria intestinal,
cirrosis y en grandes fumadoras.
·
Ca 19.9 se eleva en tumores de tipo mucinoso
si bien puede asociarse al cáncer de colon.
·
Alfafetoproteína, Se asocia a tumores del seno
endodérmico y en carcinomas embrionarios de ovario, podría aparecer en otros
tumores de la estirpe germinal, por ellos es útil en el estudio de masas
anexiales en mujeres jóvenes.
·
Inhibina secretada por las células de la
granulosa, aumenta en tumores de las granulosas y en los mucinosos.
·
GCH está elevada en 95-100% de carcinomas
embrionarios, que además presentan un aumento de alfafetoproteína en el 70% de
los casos. El coriocarcinomas también secreta GCH.
·
Hormonas tiroideas elevadas en estruma
ovárico.
·
SCC (antígeno de crecimiento de células
escamosas) en teratomas inmaduros.
·
El tumor carcinoide cursa con aumento del
ácido 5-hidroxiindolacético en orina.
Diagnóstico diferencial
·
Situaciones fisiológicas como embarazo,
obesidad, colon sigmoide protuyente, ciego de situación inferior.
·
Vejiga distendida, fecaloma, distensión
abdominal, hematoma de recto abdominal, ascitis.
·
Patología anexial funcional como quiste lúteo,
ovarios poliquísticos, quistes tecaluteínicos, leteoma.
·
Otras patologías anexiales como endometrioma,
embarazo ectópico, anexitis, hidrosálpix, quiste de paraovario, tumor de
trompa.
·
Procesos uterinos como miomas, útero bicorne.
·
Procesos inflamatorios abdominales como
apendicitis, peritonitis tuberculosa, absceso retroperitoneal, diverticulitis,
síndrome adherencial postquirúrgico.
·
Procesos urológicos como hidronefrosis y riñón
pélvico.
·
Quistes extragenitales: mesentérico,
pancreático o del uraco.
·
Tumores extragenitales de colon, recto o
retroperitoneales.
Tratamiento
El enfoque
terapéutico se basa en la edad de la paciente, los criterios ecográficos de
benignidad o malignidad y en el tamaño de la lesión. Se debe ser cuidadoso
antes de indicar un abordaje quirúrgico en una tumoración benigna de ovario
porque, en la mayoría de los casos, se trata de tumoraciones funcionales, con o
sin hemorragia añadida.
Tumoración simple < o igual a 6cm y con
criterios de benignidad mantendremos la actitud expectante hasta el año o
valoraremos la punción ecoguiada. Entre tres y seis meses después del
diagnóstico inicial de la tumoración se reevaluará a la paciente y en caso de
persistir las mismas características de benignidad se puede demorar el
siguiente control un año. El uso de anticonceptivos es controvertido y ha
demostrado sólo posible regresión cuando se trata de tumoraciones funcionales.
En caso de de cambio en sus características (aumento tamaño o signos de
sospecha), se aconseja realizar tratamiento quirúrgico inicial mediante
laparoscopia con intención conservadora.
Tumoración compleja o simple> 6cm: En este
caso de entrada lo más aconsejable sería realizar tratamiento quirúrgico ya que
las posibilidades de regresión de forma espontánea son muy limitadas. La
técnica de elección, la laparoscopia y se deberá actuar en función de los
hallazgos:
- Lesión
benigna: quistectomía u ooforectomía si la anterior no es posible.
- Lesión
dudosa: anexectomía unilateral y biopsia intraoperatoria.
- Lesión
maligna: previa BIO (realizada por LPS o por LPM) procederemos a una cirugía
reglada oncológica de cáncer de ovario.
En caso de
mujeres menopáusicas se puede optar
por actitud expectante en casos de ovario tumoral menor de 6 cm con criterios
de benignidad, con controles ecográficos y de marcadores tumorales (Ca 125)
cada 6 meses. Cuando aparece un aumento del marcador o se modifican sus
características ecográficas, se recomienda la laparoscopia
diagnóstica-terapéutica (ovariectomía).
Bibliografía:
Obstetricia y ginecología de Williams 23a edición
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