lunes, 28 de septiembre de 2015

Desprendimiento prematuro de placenta

Desprendimiento prematuro de placenta normoincerta
Se refiere al cuadro patológico en el cual una parte de la placenta se separa de forma repentina antes del parto. Proviene de la palabra latín Abruptio placentae que significa ¨desgarro de la placenta a pedazos¨.
Suele ocurrir en el 3° trimestre, pero se puede ver desde la 20° semana. Es la 2° causa de hemorragia del tercer trimestre.
La gravedad del desprendimiento a menudo depende del tiempo que transcurre entre el inicio de los síntomas y la administración de atención. Si se retrasa, aumenta de manera notoria la probabilidad de separación extensa que cause la muerte del feto. Es una causa fundamental de mortalidad perinatal y ocasiona entre el 10% y el 15% de todas las muertes perinatales. Su frecuencia es uno en 200 partos.
Etiología
Se desconoce la causa primaria del desprendimiento prematuro de placenta. Tener el antecedente de DPPNI supone 10% más riesgo que las mujeres sin este antecedente.
Edad y raza
Las mujeres mayores de 35 años tiene mayor riesgo y las de 40 años de edad tiene riesgo mucho más elevado.  Las razas caucásicas  y afroamericanas tienen más riego que las hispanoamericanas.
Hipertensión
Las mujeres con hipertensión crónica con preeclampsia secundaria superpuesta mostraron un riesgo aumentado de desprendimiento en comparación con las que sufrían sólo una hipertensión crónica.
Rotura prematura de membranas y parto prematuro
Mujeres con rotura de membranas entre las 20 y las 36 semanas tuvieron desprendimiento placentario.
Trombofilias
Algunas de estas alteraciones, por ejemplo la mutación del factor V de Leiden o la mutación en el gen para protrombina, suelen tener predisposición a la trombosis que conlleva a un desprendimiento prematuro e infarto. Estos coágulos se forman en la placenta principalmente en la decidua basal, que en la primera mitad se producen abortos y en la segunda el DPPNI.
Miomas uterinos
Estos tumores, en especial si están localizados por detrás del sitio de implantación de la placenta, predisponen a desprendimiento prematuro de placenta.
Cocaína y tabaco
La cocaína y tabaco causan vasoconstricción (vaso espasmo) que determina isquemia y desprendimiento.
Hiperhomocisteinemia
Se produce por una acumulación de homocisteína, la cual no es metabolizada por la enzima metilentetrahidrofolato reductasa que la reduce a metionina, usando el folato y la vitamina B12 como cofactores. El aumento de homocisteína ocasiona lesiones en el endotelio vascular, con forma de trombos en las venas y fenómenos de desprendimiento de placenta si se dañan la aterias espirales que aportan el flujo a la placenta. El incremento en la ingesta de folato y piridoxina ha reducido con éxito las concentraciones de homocisteína.
Entre otras causas importantes tenemos
Multiparidad, Cicatrices uterinas (legrados, cesáreas, miomectamias). Traumatismos, Amniocentesis y Déficit de ác. Fólico.
Fisiología
El desprendimiento es el resultado clínico de la separación de  las vellosidades respecto de  la decidua basal subyacente.
La hemorragia  se produce por apoptosis secundaria a isquemia y a la hipoxia.
La trombofilia,  aumenta la tendencia a la coagulación  y ocasiona trombosis en la decidual basal, que resulta en isquemia e hipoxia.
En las pacientes con corioamnionitis, los lipopolisacáridos y otras endotoxinas generadas por los agentes infecciosos inducen la acumulación de citocinas, eicosaniodes y especies reactivas del oxígeno, como el superóxido. Todas estas sustancias tienen capacidad citotóxica e inducen hipozia e isquemia. Cuando el Óxido nítrico  es metabolizado  genera perooxinítrito  el cual provoca isquemia e hipoxia sobre el endotelio vascular.
En si el proceso se basa en isquemia, estrés oxidativo, necrosis y desprendimiento.
Tipos de desprendimientos
El desprendimiento puede ser total, parcial o sólo estar afectado el borde placentario (rotura o hemorragia del seno marginal).
1. Retroplacentario: entre la placenta y el miometrio, definido como grave cuando está afectada un 30% a 40% de la superficie, y conlleva una mortalidad fetal del 50% si se acumulan > 60ml de sangre.
2. Marginal: subcoriónico, entre la placenta y las membranas.
3. Preplacentario: subamniótico, entre la placenta y el líquido amniótico, sin importancia clínica.
Desprendimiento oculto: es un desprendimiento retroplacentario, pero sin hemorragia evidente externamente.  Con alta mortalidad para la madre y el feto.
Diagnóstico
Diagnóstico clínico. Se pueden presentar los siguientes signos y síntomas: hemorragia vaginal, dolor a la palpación uterina, lumbalgia, sufrimiento fetal, contracciones uterinas frecuentes e hipertonía uterina, trabajo de parto, feto muerto y shok (palidez, oliguria, hipotensión, bradicardia). Sin embargo los signos y síntomas son muy variables y cuadro depende de la gravedad del desprendimiento:
-Abruptio incipiente: Zona desprendida es menor del 25% del total de la zona de inserción placentaria. No hay afectación fetal ni materna. Puede haber presencia de hemorragia vaginal (normalmente oscuro) o puede quedar retenida como hematoma retroplacentario, hipertonía uterina, posiblemente molestia en hipogastrio y dolor a la palpación.
-Abruptio avanzado: Se desprende entre 1/4 y 2/3 de la inserción placentaria. Cursa con dolor uterino continuo de aparición brusca o gradual, seguida de sangrado genital oscuro. Puede haber presencia de signos de shok; hay dolor a la palpación causando, el útero se presenta hipertónico y hay dificultad para auscultar el foco fetal.
-Abruptio masivo: Desprendimiento superior a 2/3 de la inserción placentaria. El comienzo suele ser brusco, apareciendo dolor muy intenso y continuo, el feto está casi siempre muerto y el shock se instaura con rapidez.







Diagnóstico con estudio de gabinete. El método diagnóstico de elección es la ecografía, tiene una sensibilidad de 80% y una especificidad de 92%; se utilizan los siguientes criterios ultrosonográficos:
a)    Movimiento como “jello” de la lámina corionica con la actividad fetal
b)    Colección retroplacentaria
c)    Hematoma marginal
d)    Hematoma sub corionico
e)    Aumento heterogéneo en el grosor de la placenta (>5 cm en plano perpendicular)
f)     Hematoma intra-amniótico
Diagnóstico diferencial
Cuando el desprendimiento es grave por lo general el diagnóstico es evidente. Las formas más leves son difícil de reconocer y suele diagnosticarse por exclusión. Por ende se deben una hemorragia vaginal con feto vivo debe descartarse placenta previa u otras causas.
Generalmente el DPPNI hay hemorragia uterina dolorosa y en placenta previa hemorragia indolora, pero no siempre es así, ya que el trabajo de parto presente en placenta previa simula dolor como en DPP, o bien en DPPNI puede presentarse indoloro o bien el dolor puede confundirse con trabajo de parto normal.
Complicaciones
Choque. La hemorragia materna puede causar un choque hipovolémico presentando hipotensión, taquicardia, palidez, anemia, oliguria, etc., se tiene que administrar líquidos IV y sangre lo más pronto posible.
Coagulopatía de consumo. El DPP es una casusa frecuente de esta con importancia clínica en obstetricia. Se observa hipofibrinogenemia y aumento de productos de degradación de fibrina. Principalmente causado por consumo de factores procoagulantes en los coágulos retroplacentarios y por aumento de contracciones uterinas en desprendimientos ocultos empujando tromboplastina al sistema vascular de la madre causando coagulación intravascular.
Insuficiencia renal. Puede observarse IRA, es frecuente si se retrasa el tratamiento por hipovolemia.
Síndrome de Sheehan. Hay una insuficiencia hipofisaria, por una necrosis en hipófisis anterior. Caracterizado por incapacidad para lactar, amenorrea, atrofia mamaria, perdida de vello púbico, hipotiroidismo e insuficiencia de corteza suprarrenal.
Útero de Couvelaire. Extravasación de sangre en miometrio y por debajo de la serosa del útero, también pueden ser en nexos o en cavidad abdominal. Puede llegar a causar atonía uterina agravando la hemorragia.
Tratamiento
El tratamiento para el desprendimiento prematuro de placenta varía con la edad gestacional y el estado de la madre y del feto.
La actitud expectante es una opción razonable cuando el feto es pretérmino, no muestra sufrimiento fetal y la paciente está estable.
La mayoría de los DPP son marginales y las pacientes tienden a la estabilidad. Cuando el sangrado es mínimo, lo más adecuado es la monitorización fetal con observación. Posiblemente la paciente dejará de tener síntomas y podrá recibir el alta cuando lleve un tiempo sin sangrar en general en 2-5 días.
No se puede plantear el alta cuando la mujer presenta síntomas, como dolor o contracciones. Gran parte de la decisión dependerá de la ayuda que tenga la paciente en su domicilio y de si podrá realizar el reposo en cama.
Los desprendimientos retroplacentarios extensos suelen ser bastante sintomáticos y se diagnostican con más facilidad.
En el momento del ingreso de deberá extraer sangre de la paciente para realizar un hemograma completo y pedir pruebas cruzadas y estudios de cribado según la intensidad del sangrado. Si la hemorragia es abundante se deben preparar 4 U de concentrado de hematíes. Se deberá pedir estudio de coagulación que incluya el tiempo de protrombina (TP), el tiempo parcial de tromboplastina (TTP), el producto de degradación de la fibrina y la concentración de fibrinógeno. Cuando el fibrinógeno sea <150 mg/dL, es posible que la sangre no coagule dentro del tubo para el estudio de coagulación tras 6 min, o bien formarse y luego lisarse en 30 min.
Con un feto de edad viable, y si el parto vaginal no es inminente; cesárea urgente.
En caso de hemorragia muy extensa, el bienestar del feto se deberá demostrar con monitorización fetal continua. Se deberá colocar una sonda Foley para medir la diuresis, valorar con frecuencia las constantes vitales maternas y avisar al neonatólogo y al anestesista de que puede ser precisa una cesárea de urgencia. Se debe plantear la administración antenatal de corticoesteroides si las membranas están intactas y el feto tiene entre 24 y 34 SDG.
En cualquier mujer gestante que sangra se debe iniciar el tratamiento con 1 mg de ácido fólico y vitaminas B12 y B6 por la posible relación entre desprendimiento y la hiperhomocisteinemia.
Si hay duda del diagnóstico y el feto está vivo sin datos de afectación puede practicarse la observación cercana en centros con posibilidades de intervenir en forma inmediata.
Retrasar el parto con tocolíticos puede resultar conveniente cuando el feto es inmaduro.
Para el bienestar del feto que presenta sufrimiento, deben iniciarse de inmediato las medidas para corregir la hipovolemia, la anemia y la hipoxia maternas, para restituir la función de cualquier fragmento de placenta que aún esté implantado, y se mantenga. Poco puede hacerse para modificar de manera favorable las demás causas que contribuyen a sufrimiento fetal, excepto el parto.
Tocólisis: Algunos recomiendan la tocólisis para el embarazo pretérmino complicado con sospecha de desprendimiento prematuro de placenta, pero sin daño fetal.
El desprendimiento prematuro de placenta evidente en clínica debe considerarse una contraindicación para el tratamiento tocolítico, pasa desapercibido durante períodos  peligrosamente prolongados si se inicia la tocólisis. Se creía que no debía administrar tocolíticos a las pacientes con una hemorragia no diagnosticada.
Se discute el uso de tocolíticos en las pacientes con contracciones uterinas y desprendimiento posible o confirmado. Se ha empezado a aceptar que es posible plantear un ciclo corto de tratamiento tocolítico en mujeres  con hemorragia y contracciones siempre que estén estables, que el desprendimiento parezca limitado, que se haya confirmado el bienestar del feto, que éste sea pretérmino y que a situación esté controlada. El uso de tocolíticos puede estar justificado para retrasar el parto hasta que se haya podido administrar un ciclo completo de corticoesteroides antenatales y poder esperar hasta 48 hrs tras el nacimiento. Los betamiméticos pueden enmascaras o amortiguar las respuestas cardiovasculares de la mujer ante la depleción de volumen, se deberían evitar la terbutalina y la ritodrina. Los bloqueantes de los canales de calcio pueden reducir todavía más la tensión arterial, por lo que el nifedipino se debería emplear con precaución. El fármaco más aceptado es el sulfato de magnesio. En las pacientes con parto pretérmino, estos fármacos se deben empelar en situaciones graves e intentar interrumpir su administración en cuanto haya un período de quiescencia persistente.
Cuando el desprendimiento ocasiona la muerte del feto, la frecuencia del CID será muy elevada. El mejor indicador de la gravedad es la concentración de fibrinógeno. Se deberán administrar hemoderivados según la necesidad para corregir la coagulopatía, y después planificar el parto.
Cesárea: La extracción rápida del feto que está vivo pero que presenta sufrimiento siempre equivale a cesárea. La rapidez de la respuesta es un factor importante en el desenlace neonatal. Si se extraen en más de 20 min después de tomar la decisión riesgo de muerte o daño neurológico (parálisis cerebral). El parto por cesárea puede poner en grave peligro la salud de la madre por una coagulopatía importante y se deberá reservar para casos en que exista sufrimiento fetal o cuando parezca imposible conseguir el parto en un tiempo razonable, en 12-12 horas.
Parto vaginal: Si el desprendimiento de placenta es tan grave que el feto muere, suele preferirse el parto vaginal. La hemostasis en el sitio de implantación depende sobretodo de la contracción miometrial. Por ende, con el parto vaginal la estimulación del miometrio con fármacos y mediante masaje uterino hace que lo vasos sitio de implantación se compriman y constriñan, de modo que se evita hemorragia grave aun cuando pudieran existir defectos de la coagulación.
Contraindicaciones para el parto vaginal: hemorragia tan intensa que es imposible tratarla por medio de la restitución enérgica de sangre y presencia de otras complicaciones obstétricas que impidan el parto vaginal. 
Trabajo de parto: Con el DPP extenso, hay probabilidades de que sobrevenga hipertonía persistente del útero. La presión intraamniótica basal puede ser de 50 mmHg o más alta, con aumentos rítmicos de hasta 75-1oo mHg. Debido a hipertonía persistente, a veces es difícil determinar por medio de palpación si el útero se está contrayendo y relajando en alguna medida.
Amniotomía: La rotura de membranas como tratamiento del DPP, la razón fundamental es que la disminución del volumen de líquido amniótico podría permitir una disminución del líquido amniótico podría permitir un a mejor compresión de las arterias espirales y ayudaría tanto a disminuir la hemorragia procedente del sitio de implantación como a reducir la entrada de tromboplastina hacia la circulación materna. Si el feto está razonablemente maduro, la rotura de las membranas puede acelerar el parto. Si el feto es inmaduro, es posible que el saco intacto favorezca más dilatación del cuello uterino que una parte fetal pequeña mal aplicada al cuello del útero.
Oxitocina: Aunque la hipertonía basal es característica de la función miometrial en la mayor parte de los casos de DPP grave,  en ausencia de contracciones uterinas rítmicas superpuestas y de antecedentes de cirugía uterina previa, se administra oxitocina en dosis estándar. Su uso se ha puesto en duda porque se dice que podría aumentar el escape de tromboplastina hacia la circulación materna y, de éste modo, iniciar coagulopatía de consumo o síndrome de embolia de líquido amniótico o aumentarlos.
Mejor momento para el parto después del DPP grave: Cuando el feto está muerto o es previable, no hay datos de que sea necesario establecer un límite de tiempo arbitrario para el parto. El resultado de la madre depende de la diligencia con la cual se efectúe la terapia de restitución adecuada de líquidos y sangre, más que del tiempo que transcurra antes del parto.  Si el feto es previable puede ser necesario realizar trasfusiones intermitentes para mantener un hematocrito >30.

Prevención: Según los factores de riesgo identificados, se deberían hacer el esfuerzo de educar a las pacientes sobre los signos y síntomas del desprendimiento , evitar y notificar los casos de malos tratos en el entorno familiar, enseñar a usar bien el cinturón de seguridad y recordar los efectos adversos para la salud del consumo de tabaco y de drogas. El programa de educación sobre nutrición se deberá centrar en la ingesta de ácido fólico y hierro de la paciente. Es posible establecer contactos con los servicios sociales para las pacientes de riesgo por su mala situación doméstica, que realicen trabajos con gran actividad física o para ayudar a drogadictas. Se deben realizar ecografías para determinar la integridad de la pared uterina en las mujeres con antecedentes de cesárea, y para identificar alteraciones uterinas o placentarias de otro tipo, como la presencia de un mioma o de  un tabique uterino, y también determinar la relación de la placenta con ésta lesión. Las pacientes con enfermedades médicas como HTA, deben recibir el tratamiento correspondiente y ser valoradas con frecuencia para optimizar los resultados maternos y fetales.

                                 

Bibliografía
·         Obstetricia de Williams, Cunningham, 23° edición, McGraw-Hill, Pags. 761-767
·         Mar Muñoz, Manual CTO Ginecología y Obstetricia, 1° edición, México, Pags. 94-95.
·         Obstetricia y Ginecología de Danforth,  Ronald S. Gibbs, Beth Y. Karlan, Arthur F. Haney e Ingrid E. Nygaard,10° edición, Pags.392-398
·         http://www.cenetec.salud.gob.mx/descargas/gpc/CatalogoMaestro/162_GPC_HEMORRAGIA_OBSTETRICA/Imss_162RR.pdf


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